Es un problema común para todas las economías regionales. El dólar desfasado y la inflación interna restan competitividad a los productos locales. El ajo argentino no escapa a esa situación, existiendo gran preocupación e incertidumbre en el sector ante la falta de mercados para ‘colocar’ la producción, apunta la edición web del diario ‘Los Andes’.
Hasta el momento, los exportadores de ajo de la provincia de Mendoza no han cerrado operaciones y esperan la “reacción” de Brasil y Europa -los principales compradores del producto-, al tiempo que advierten de que deben enfrentarse a una fuerte competencia de parte de China y España.
Según los empresarios del rubro, desde 2003, los costes de producción han aumentado alrededor del 750%, mientras el dólar se ha apreciado entre un 80% y el 85%. Para ejemplificar el impacto de los costos en el negocio, indican que llevar un contenedor desde Buenos Aires hasta Taiwán cuesta alrededor de 3.500 dólares (2.575 euros); por su parte, el envío con origen en Mendoza y destino en la capital argentina se sitúa en 3.000 dólares (2.200 euros, aproximadamente).
Años atrás, la citada provincia -situada en la Región de Cuyo, en el centro oeste del país- llegó a contar con cerca de 15.000 hectáreas plantadas; sin embargo, en 2013 apenas superó las 7.500 hectáreas, mientras que España, por ejemplo, ha duplicado su producción, contando el pasado curso con 18.000 hectáreas.
En materia de exportaciones, en 2011 -última información recogida en el informe de la Fundación ProMendoza-, China copó el 72,9% de las ventas.
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